En los años 70, Pablo Enrique Mai soñó con desarrollar nuevas soluciones para el envasado de té, un sector con mucho potencial por explotar. Con esa ilusión, fundó MAI S.A., la que inicia sus actividades en 1976 con el objetivo de fabricar máquinas envasadoras de té en saquitos que fuesen nobles, robustas, eficientes y rentables para las empresas que trabajan con té. Mai logró ofrecer un complemento sustancial al producto que ellos comercializaban, a través de un packaging que les permitió diferenciarse.
A partir de 1987, su hijo, Guillermo Enrique Mai, continuó con la producción de máquinas de alta calidad, confiabilidad y con la última tecnología, brindando constantes innovaciones para un mercado que siempre se encuentra en movimiento y en busca de soluciones.